Debate sobre los resultados del Censo en Bolivia: ¿Cuántos hijos tienen las autoridades jóvenes del país?

Debate sobre los resultados del Censo en Bolivia: ¿Cuántos hijos tienen las autoridades jóvenes del país?

Los recientes resultados del censo en Bolivia han desatado una serie de debates en el ámbito político y social, con algunas autoridades y sectores cuestionando la credibilidad de los datos presentados y una controversia que se intensificó tras las declaraciones del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, quien, en una intervención polémica, señaló que la diputada Luisa Nayar, una de las críticas al censo, «no tiene ni un hijo», insinuando que esto podría afectar su perspectiva sobre los datos censales.

Este comentario ha provocado una fuerte reacción en el escenario político, el debate ha puesto en el centro de la discusión la vida personal de varios políticos jóvenes, especialmente en lo que respecta a su descendencia.

Descendencia de las Autoridades Jóvenes

Un análisis de las autoridades nacionales, en particular aquellos que se encuentran en las edades de 20 a 40 años, revela que muchos de ellos tienen pocos o ningún hijo.

Autoridades entre 20 y 35 años:

  • Cielo Veizaga (23 años) – 0 hijos
  • Fernando Llapiez Hoentsch (25 años) – 1 hijo
  • Sara Kattya Condori (25 años) – 0 hijos
  • Daniel Prieto Tomelich (28 años) – 0 hijos
  • Maria Khaline Moreno (29 años) – 0 hijos
  • Luisa Nayar (29 años) – 0 hijos
  • Aleiza Rodríguez Montero (30 años) – 0 hijos
  • Tacni Elvis Mendoza (30 años) – 0 hijos
  • Mayra Zalles (30 años) – 0 hijos
  • Darlen Isabel Velasco (31 años) – 1 hijo

Autoridades entre 36 y 40 años:

  • Adriana Salvatierra (35 años) – 1 hijo
  • Andrónico Rodríguez (35 años) – 0 hijos
  • Andrea Barrientos (35 años) – 0 hijos
  • Gualberto Arispe (36 años) – 2 hija
  • Manuel Ormachea (36 años) – 0 hijos
  • María René Álvarez (36 años) – 1 hijo
  • Estefanía Morales (36 años) – 0 hijos
  • Leonardo Loza (40 años) – 2 hijos
  • Lisa Claros (40 años) – 0 hijos

El énfasis en la descendencia de las autoridades ha sido criticado por sectores que consideran que desvía la atención de los verdaderos problemas del censo, como la precisión y representatividad de los datos recopilados.