Cochabamba, 06 de junio.- La muerte de Jhoselin C.R., de 25 años, está rodeada de dudas e incertidumbre. Según el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Cochabamba, Freddy Medinacelli, el médico forense concluyó que la joven se quitó la vida, aunque esa dependencia policial sospecha de un posible feminicidio, por lo que solicitaron un nuevo estudio. Además, el principal sospechoso habría manipulado el celular de Jhoselin para enviar mensajes a sus familiares después de su fallecimiento.
Jhoselin, madre de dos niñas de siete y nueve años, trabajaba como taxista en una empresa de radiomóvil de Sacaba. Su cuerpo fue encontrado el martes 4 de junio en la zona de Rodeo, luego de perder contacto con su familia desde el lunes 3 de junio a las 21:00. Personas cercanas recibieron mensajes desde su celular indicando que estaba en la frontera con destino a Argentina y pidiendo que cuidaran de sus hijas. Los familiares dudaron de la veracidad de los mensajes ya que Jhoselin no respondía llamadas.
Horas más tarde, Jhoselin fue encontrada sin vida y la autopsia reveló que murió por anoxia anóxica, constricción cervical externa y asfixia mecánica por ahorcadura. La FELCC cuestiona este resultado, ya que los mensajes desde el celular de Jhoselin continuaban llegando a la familia, mientras se realizaba el levantamiento del cadáver, lo que contradice la causa de muerte.
La madre de Jhoselin acusa a Waldo Ch.Q., exesposo y padre de sus nietas, como responsable de la muerte de su hija. Se presume que la joven se encontró con él, ya que había sido visto en días anteriores y ella estaba preocupada por su reaparición.
La víctima había denunciado violencia por parte de su expareja, lo que llevó a su divorcio hace ocho años.
La familia pide una exhaustiva investigación, ya que están convencidos de que Jhoselin no se quitó la vida. Su cuerpo está siendo velado en Curubamba y se espera que hoy sea enterrado.
Fuente: Opinión
