Política, 5 de noviembre de 2024.- Ponciano Santos afirmó que «la revolución ha comenzado» y que el movimiento campesino está «emputado» por la represión que han sufrido en las últimas semanas. Santos advirtió que el bloqueo nacional de caminos, iniciado en diversas regiones del país, será intensificado tras la violencia que se ha desatado en Parotani, donde las fuerzas del orden utilizaron gases contra los manifestantes. «Nos han declarado guerra, y como ejecutivo nacional, pido a mis compañeros de toda Bolivia, ahora sí, vamos a iniciar la verdadera revolución», aseguró.
Por otro lado, un dirigente de Challapata, en Oruro, hizo fuertes amenazas a los policías en medio del clima de agitación. En un mensaje directo a los uniformados de la zona, les advirtió que se replieguen antes de enfrentar la ira del pueblo cacachaqueño. «Ni siquiera les pediremos que se despidan de sus familias, porque el pueblo está enojado», sentenció, refiriéndose a la percepción de los campesinos de que las autoridades los han tratado como enemigos. Las palabras de ambos dirigentes reflejan el creciente descontento con el gobierno de Luis Arce, al que acusan de iniciar una «guerra» contra los pueblos originarios.
La violencia, los bloqueos y las amenazas marcan una escalada en el conflicto social que azota el país. Santos, en particular, ha sido enfático al señalar que no hay vuelta atrás y que los campesinos y movimientos sociales de todo Bolivia están listos para resistir y luchar contra lo que consideran una ofensiva del gobierno. Mientras tanto, el gobierno de Arce se enfrenta a una crisis de legitimidad, con denuncias de represión y falta de diálogo. La situación sigue siendo incierta, y las repercusiones de esta «revolución» podrían ser graves para el país.