Bolivia, 25 de octubre de 2024.- En su edición de octubre, National Geographic ha puesto sus reflectores sobre el Norte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), un rincón prístino de Bolivia que, hasta hace poco, permanecía prácticamente inexplorado.
Este reportaje, titulado No one knows this place (Nadie conoce este lugar), escrito por Jordan Salama y con las fotografías del explorador y fotógrafo Thomas Peschak, destaca la asombrosa biodiversidad de un lugar donde los Andes se encuentran con la selva amazónica y donde el tiempo parece haberse detenido. Peschak y su equipo, junto a un equipo de guías, logró capturar imágenes subacuáticas sin precedentes de las cabeceras del río Sécure, un afluente del Amazonas que sigue siendo, en gran medida, un misterio para la ciencia.
“Es como estar en el océano… cuesta creer que esto sea el Amazonas”, comentó el fotógrafo con asombro, Thomas Peschak, en el reportaje de Nat Geo, donde se cuenta que el el TIPNIS, hogar de los pueblos indígenas Tsimané, Mojeño-Trinitario y Yuracaré, es un entorno exuberante y remoto, apenas tocado por la presencia humana. Las imágenes capturadas por Peschak revelan un ecosistema acuático singular, donde enormes bagres, dorados y pacús nadan en aguas cristalinas.
EL TIPNIS es un área protegida de 1.236 296 hectáreas (12.363 km²) —casi el doble de extensión que la ciudad de San Pablo, Brasil— que tiene dos escudos de protección: es Parque Nacional desde el 22 de noviembre de 1965 y Territorio Indígena desde el 24 de septiembre de 1990. En ese universo verde, alberga una enorme cantidad de vida tan importante que, después del Parque Nacional Madidi, el TIPNIS es una de las áreas protegidas con mayor biodiversidad en el mundo.
Geográficamente está ubicado entre los departamentos del Beni (provincia de Moxos y municipios de San Ignacio y Loreto) y Cochabamba (provincia de Chapare y Ayopaya y municipios de Villa Tunari y Morochata). Pero su importancia no se queda solamente en este epicentro de naturaleza espléndida, sino, desde estos lugares impulsa el desarrollo de la vida por todo el globo terráqueo.
Uno de los testigos de este encuentro entre la naturaleza virgen del TIPNIS y National Geographic fue Marcelo Pérez, arquitecto de profesión y fundador de Untamed Angling, la empresa que lidera el proyecto Tsimane, dedicado a la pesca con devolución en esta área protegida. Para Pérez, el reconocimiento de la grandeza del TIPNIS por parte de la revista internacional es un motivo de orgullo. “El trabajo de protección que venimos realizando conjuntamente con las comunidades y el SERNAP desde hace 18 años se refleja en el reconocimiento de los científicos de National Geographic”, afirma. Marcelo fue clave en la asistencia logística durante la expedición de National Geographic, guiando al equipo hacia los lugares más propicios para las tomas subacuáticas, una experiencia que consolidó su convicción de que la belleza y biodiversidad del TIPNIS necesitan ser preservadas y difundidas.
El reportaje de National Geographic no deja de ser un llamado urgente a la protección de TIPNIS, tal como lo hizo Revista Nómadas que el 2023 visitó este epicentro de riqueza natural y publicó un reportaje titulado El escudo dorado que protege al TIPNIS. Las amenazas de la sobrepesca, la deforestación, el cambio climático y la construcción de represas no están lejos de esta región. La parte sur del TIPNIS, ubicada en Cochabamba, se enfrenta constantemente a la amenaza de la invasión de cocaleros, lo que pone en riesgo la integridad de este territorio.
EL TIPNIS es un área protegida de 1.236 296 hectáreas (12.363 km²) —casi el doble de extensión que la ciudad de San Pablo, Brasil— que tiene dos escudos de protección: es Parque Nacional desde el 22 de noviembre de 1965 y Territorio Indígena desde el 24 de septiembre de 1990.
Además, toda el área protegida del TIPNIS se encuentra bajo una presión permanente debido al interés de ciertos grupos que insisten en la construcción de una carretera asfaltada que atravesaría el corazón de este ecosistema. A pesar de que, en 2012, los indígenas que habitan en las comunidades del TIPNIS realizaron una histórica marcha hacia La Paz, exigiendo al entonces presidente Evo Morales que detuviera ese proyecto, las amenazas persisten, poniendo en peligro la biodiversidad y la vida de sus habitantes.
Sin embargo, la visibilidad internacional que ofrece este artículo coloca al TIPNIS en el centro del escenario global, un tesoro natural que, en palabras de los propios habitantes locales, “debe conservarse tal como está”. Este reconocimiento es un motivo de orgullo para las comunidades indígenas que han vivido en armonía con este ecosistema durante milenios, y que ahora ven en la difusión de su tierra una luz de esperanza para su protección futura.
Para Marcelo Pérez, la atención global sobre el TIPNIS también trae consigo un desafío esperanzador. “Tal vez gracias a esta difusión podamos sumar apoyos para continuar preservando el área de las múltiples amenazas que sufre”, reflexiona, subrayando que el proyecto Tsimane ya es muy reconocido en el nicho de la pesca con devolución, pero que esta visibilidad podría abrir las puertas a otras formas de ecoturismo que beneficien aún más a las comunidades locales.
El impacto de este reportaje podría ser tan significativo como lo fue en su momento el trabajo de National Geographic sobre el Parque Nacional Madidi, que elevó la conciencia global sobre su importancia. Aunque Pérez reconoce que el artículo no influirá directamente en su proyecto de pesca, sí podría despertar un mayor interés en el ecoturismo, una nueva vía para atraer visitantes a este lugar único sin comprometer su conservación. “Lo veo con mayor esperanza”, asegura, convencido de que la visibilidad global contribuirá a continuar los trabajos de protección, tanto del TIPNIS como de las culturas indígenas que han habitado estas tierras durante siglos.
En ese universo verde, alberga una enorme cantidad de vida tan importante que, después del Parque Nacional Madidi, el TIPNIS es una de las áreas protegidas con mayor biodiversidad en el mundo.