«Ser madre no es mi proyecto»: Chile cae al nivel más bajo de nacimientos en América

«Ser madre no es mi proyecto»: Chile cae al nivel más bajo de nacimientos en América

Chile, 18 de septiembre de 2024.– La abogada chilena Camila Ramírez decidió no tener hijos. Ser madre no es mi «proyecto de vida», dice en una decisión que se enmarca en una tendencia: en una década Chile se situó como el país con la tasa de fecundidad más baja de América.

Entre 2013 y 2023 los nacimientos bajaron 29% en Chile, para alcanzar una tasa de fecundidad de 1,17 hijos por mujer, lejos del 2,1 necesario para el recambio poblacional, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

«Ser madre es una labor absolutamente abnegada. Me encanta viajar y cuando me voy de viaje, lo hago sola. No le pregunto a nadie; simplemente desaparezco», explica Ramírez en momentos que concilia el trabajo con una maestría.

«No me veo a cargo de su alimentación y entretenimiento, priorizando siempre el bienestar y cuidado de un hijo por sobre mi propio bienestar», agrega esta mujer de 29 años.

Según la División de población de Naciones Unidas, la fecundidad de Chile está debajo de países desarrollados como Italia, con una tasa de global de fecundidad (TGF) de 1,20; Japón y España, con 1,21.

«Los cambios en torno a la reproducción en la sociedad chilena han sido muy rápidos y abruptos. Lo que tomó décadas en Europa, en Chile lo estamos viendo en 10 o 20 años», dice la socióloga de la Universidad Católica, Martina Yopo.

Debido a una mayor autonomía reproductiva y al acceso de las mujeres a la educación y el trabajo, «la sociedad chilena ha flexibilizado los mandatos y normas en torno al género y la familia. Hoy ser mujer no necesariamente es ser madre, y ser familia no necesariamente tiene que ver con tener hijos», agrega.

En los próximos años, se reforzará la tendencia. Ni siquiera el aumento de la migración -responsable del 17,4% de los nacimientos en 2021- ha logrado revertirla.

Si en 2023 los nacimientos alcanzaron el menor registro histórico (171.992, equivalente a -9,1% interanual), en el primer semestre de este año cayeron a 70.336, según el INE.

«Es una emergencia, una crisis sanitaria. Se me ocurren pocas cosas más importantes que ésta desde el punto de vista económico, social y ético», alerta Aníbal Scarella, presidente de la Sociedad chilena de medicina reproductiva.

El economista Jorge Berríos advierte que la caída de los nacimientos «implica que va a haber muchas personas de más edad y que lo más probable es que tengan que seguir trabajando. No hay una renovación generacional en las personas, en la economía y, en general, en el ciclo económico».

«Está muy caro todo»

El año pasado, un tercio de los nacimientos fue de mujeres entre 30 y 34 años. La tendencia incidió en el aumento de la infertilidad, que pasó a afectar a una de cada 10 mujeres a una cada cinco.

«No estamos ayudando a que las personas puedan conciliar el desarrollo laboral y quieran embarazarse», dice Scarella, que propone aumentar la natalidad con más educación sobre el riesgo de postergar la maternidad, acceso a la fertilidad asistida y preservación de óvulos.

La kinesióloga Tamara Guzmán nunca soñó ser mamá. Postergó la decisión, pero hoy, casada y con 41 años, siente que el dinero no le alcanza para vivir como le gusta y criar un bebé.

«Está muy caro todo. Lo veo en mis amigas que están igual que yo y son madres y están súper cansadas, con ojeras y estresadas, porque tienen que pagar a la ‘nana’ o el jardín infantil; los pañales y la leche. Si tuviera más ingresos, sí lo pensaría», dice.