Oruro se ha convertido en el centro de atención al albergar a la llama más grande y pesada de Bolivia, un impresionante ejemplar que alcanzó los 267 kilos. Este gigante fue coronado como el gran campeón en la XIV Expo Feria Nacional de Camélidos, un evento que reunió a los mejores criadores y productores de todo el país durante el pasado fin de semana.
Un Evento Nacional de Alto Nivel
La expo feria contó con la participación de productores provenientes de los departamentos de Oruro, La Paz, Potosí, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca. Estos exhibieron no sólo sus mejores llamas y alpacas, sino también una variedad de productos derivados de la carne y la lana de estos animales. La calidad y el tamaño de los ejemplares presentados reflejan los avances significativos que Bolivia ha logrado en la genética de camélidos.
Declaraciones de Expertos en Genética de Camélidos
El ingeniero Adrián Calani, comisario de la expo feria, destacó el progreso que se ha alcanzado en la mejora genética de los camélidos en el país. En una entrevista con el portal «Camélidos Bolivia», Calani afirmó: «Estamos mejorando cada año. Este año, hemos alcanzado un peso máximo en la llama de 267 kilogramos de peso vivo, lo cual es un indicador del avance genético que estamos logrando.»
Desafíos para el Futuro de la Cría de Camélidos
Sin embargo, a pesar de estos avances, los expertos advierten sobre los retos que enfrenta la cría y reproducción de llamas y alpacas en Bolivia. La migración y la sequía son factores que han impactado negativamente en la producción camélida. Calani subrayó la necesidad de mejorar los niveles reproductivos y de prever la falta de pastos adecuados, ya que estos problemas podrían llevar a una disminución significativa en la población de llamas y alpacas en el futuro.
El experto también destacó la importancia de involucrar a las nuevas generaciones en la cría de camélidos, dado que muchas comunidades rurales cuentan con una población envejecida que no puede manejar adecuadamente el cuidado y reproducción de estos animales. «Necesitamos aplicar sistemas innovadores y colaborar con universidades para mejorar la situación y garantizar la sostenibilidad de la producción camélida en Bolivia», concluyó.