Andrónico Rodríguez es el niño mimado de Evo Morales. Lo acogió a su lado desde la más tierna infancia por cercanía con sus padres y lo ha seguido de cerca en su evolución personal y política. Siendo universitario ya era Vicepresidente de las Seis Federaciones Cocaleras del Trópico de Cochabamba y fue Evo Morales quien le dio un espacio en aquella mea de Buenos Aires donde finalmente Luis Arce fue el elegido como candidato sucesor a las elecciones de 2020.
La Mano del Moto. Elmira Lindo
PeriódicoElPaisTarija
Eduardo del Castillo del Carpio llegó sin embargo a la política por su propio pie, de hecho, nació y creció en Santa Cruz donde hizo algunos pinitos en el partido azul, pero en cuanto pudo se mudó a La Paz. Su olfato lo llevó a colocarse pronto cerca de Adriana Salvatierra para ir creciendo como Oficial Mayor de la Asamblea Plurinacional. Su nombre fue objeto de una de las más agrias polémicas entre Salvatierra y su sucesora en la presidencia, Eva Copa.
Morales, que hizo personalmente las listas al Senado, colocó a Rodríguez de número 3 por Cochabamba guardándose el 1 para él, aunque tras ser inhabilitado nombró a su otra mano derecha, Leonardo Loza. Aún así no había duda de que Andrónico obtendría su curul y podría así pasar de ser un completo desconocido a alguien de carrera, y lo logró: Rodríguez fue nominado como presidente del Senado desde el primer día, aquel en que todas las facciones del MAS compartían mesa y mantel.
Arce aceptó nombrar a Del Castillo ministro por recomendación de García Linera según fuentes conocedoras de aquellos bajos fondos en La Paz. Lo colocó en Gobierno probablemente forzando un poco el perfil deseado, aunque seguramente el que mejor encajaba de los disponibles en un momento tan crítico: la Policía había sido el gran punto de apoyo de la oposición para derribar a Evo Morales y había que ajustar cuentas pendientes además de modelar un perfil propio sobre las cenizas de lo que había dejado Arturo Murillo, que aún con sus formas, tenía sus adeptos en el país.
Durante muchas semanas Andrónico dio muestras de una solidez y lealtad a Arce apropiada hasta el punto de enervar a Evo Morales. Del Castillo, sin embargo, no tardó en ponerse al servicio del verdadero poder en ejercicio, en este caso Arce, y a tomar algunas decisiones ejecutivas un tanto extrañas, pero Arce lo tomó bajo su brazo y se convirtió en su gran protector, pues incluso lo volvió a nombrar de forma inmediata luego de cesarlo como resultado de la interpelación en el Legislativo, lo que se interpretó como una de las primeras constataciones de ruptura entre los dos MAS.
Por su parte, Andrónico trato de sacar perfil propio y abogó siempre por el diálogo y la unidad de ambas partes, hasta que fue demasiado tarde: Morales lo intimó a tomar partido y no tuvo más remedio que asistir al Congreso de Lauca Eñe y engrosar las fuerzas del evismo. Como consecuencia inmediata, en noviembre tuvo que pactar con Carlos Mesa varios puntos sensibles – judiciales, primarias, presos – para revalidar su Presidencia en el Senado que para Morales es clave.
A Del Castillo le devolvieron pronto el golpe: rápido se filtró la presencia del narco Sebastián Marset en
Bolivia – desde hacía muchos meses y perfectamente arraigado – y su operativo tardío de aprehensión acabo en fuga espectacular… y hasta hoy. Este desliz que inexplicablemente no le ha costado el cargo, si lo ha maniatado políticamente. Solo en las últimas semanas está intentando volver a fichas atacando precisamente el tema narco contra Morales.
Carismático y sólido ideológicamente, pocos dudan de que Andrónico Rodríguez sea el candidato del evismo si es que los primeros espadas deciden dar un paso atrás en sus candidaturas, salvo, eso sí, un ataque de celos del mismo mentor Evo Morales.
Por el otro lado, muy pocos dan crédito a las posibilidades de que sea Del Castillo el elegido de Arce para el mismo fin… pero su nombre sigue apareciendo en los sondeos. ¿A quien le interesa alimentar esa imagen? Correcto.