Beni, 3 de mayo de 2025.- La historia del rescate de la avioneta desaparecida en Beni tiene protagonistas inesperados: un grupo de pescadores que, armados solo con una canoa, remos y machetes, llegaron hasta el corazón del pantanal para salvar a cinco personas, incluido un niño, que permanecían atrapadas entre la vegetación y el agua desde el 30 de abril.
Los sobrevivientes —cuatro pasajeros y el piloto— cayeron en medio de un terreno hostil luego de que la aeronave reportara fallas y realizara un aterrizaje forzoso. Aislados entre lagartos y densos matorrales acuáticos, su única esperanza vino desde la comunidad Pedro Ignacio Muiba, cuando los pescadores, alertados por gritos, emprendieron la travesía.
Sin temor y sin equipo especializado, los rescatistas improvisados se abrieron paso por las aguas turbias durante horas. Fue el viernes 2 de mayo cuando lograron llegar hasta la zona donde los tripulantes se aferraban a los restos de la avioneta. Allí, los subieron al bote y sellaron el momento con una sonrisa de alivio que quedó registrada en fotos y videos compartidos por Milan Mancilla Gvardiol, uno de los héroes anónimos.
«Gracias a Dios por darnos la oportunidad de salvarles la vida», escribió Mancilla. Poco después, un helicóptero culminó la evacuación, pero el mérito del hallazgo ya había quedado grabado: fueron pescadores los primeros en llegar, en medio de la desesperanza, con la fuerza del corazón y un machete en mano.
