Cochabamba, 11 de diciembre de 2024.- La variedad de verduras y frutas que existe en Cochabamba es conocida en Bolivia. Sin embargo, consumir coca, tomate, lechuga, apio, maíz, papa y trigo que provienen de La Llajta se ha vuelto peligroso para la salud de la población porque en estos productos fueron hallados residuos de químicos, algunos altamente peligrosos para la salud porque pueden desencadenar diferentes problemas, incluido el cáncer.
La Fundación Agrecol Andes realizó tres estudios entre noviembre de 2023 y octubre de 2024. Tuvo que enviar las muestras para efectuar los mismos hasta un laboratorio del Perú porque en Bolivia no existe uno que realice este tipo de análisis. Para tal efecto, tomó las muestras de mercados, ferias y supermercados de Cochabamba.
Por ejemplo, en una muestra de dos kilos de hoja de coca se encontraron residuos de siete plaguicidas, de los cuales cuatro son etiquetados como altamente peligrosos y uno como posiblemente cancerígeno.
El consumo de hoja de coca ha crecido exponencialmente en las ciudades periurbanas de Cochabamba. El informe de monitoreo de cocales a cargo de la Oficina Contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC por sus siglas en inglés) señala que, en 2022, en Cochabamba se comercializaron 2.786 toneladas métricas que representan el 11% del total de 24.762 que se distribuyeron a nivel nacional.
Un estudio urbano de la coca desarrollado este 2024 por la Universidad Mayor de San Simón, publicado por Los Tiempos, señala que existen al menos 2 mil puestos de venta, de los que sólo 568 cuentan con registros, carnets y guías. El 58 por ciento vende el producto en una tienda de barrio, el 19 por ciento en licorerías, el 10 por ciento en mercados seccionales, el 6 por ciento en las calles y en proporciones mucho menores lo ofertan en centros de abasto u otros lugares.
Del total de vendedores, solamente el 46 por ciento oferta el producto como coca hojeada; el 35 por ciento, hoja machucada; el 18 por ciento, hoja rameada, y el 1 por ciento, como molida.
Fuente: La Guardiana