Del intento de udepización al gobierno del presidente Luis Arce, el síndrome de los tres chiflados y el año 2025

Del intento de udepización al gobierno del presidente Luis Arce, el síndrome de los tres chiflados y el año 2025

Por: José Llorenti

Círculos y espirales
La teoría que la historia es cíclica es tan antigua como la civilización. El Samsara como lo llamaron las tradiciones filosóficas hindúes y otras, fue entendida como el ciclo de la vida o el «fluir a través de…» y representar un eterno renacer y morir. Esta influencia llegó a occidente con diversos autores, y todos hablaron a su estilo de esto como el «eterno retorno de lo mismo», desde Nietszche en su libro «La Gaia Ciencia» hasta Giambattista Vico, un anticartesiano declarado, que además de aseverar que la historia tiende a repetirse dijo que la historia «se desarrolla como en una espiral», o en italiano se expresa en la metáfora «corsi e ricorsi».

El mismo Vladimir Lenin, lector de Vico, expresó en la biografía que escribió sobre Karl Marx (1914): «En nuestro tiempo, la idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado casi en su integridad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel, sino por otros caminos (…) un desarrollo, por decirlo así, en espiral y no en línea recta; un desarrollo que se opera en forma de saltos, a través de cataclismos y revoluciones».

Lenin no fue el único, también Mao Tse Tung en su libro «Sobre la Práctica» dijo: “con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se eleva a un nivel más alto en espiral”. Y si aún profundizamos más, el mismo método de la economía político propuesto por Marx se puede diagramar como una espiral de ascenso de lo concreto a lo abstracto y nuevamente a lo concreto, como se explica en su libro «Contribución a la crítica de la economía política».

De todas maneras, con esto queda claro que existe una forma de leer la historia que la ve de manera cíclica y en espiral, lectura que generalmente termina con la frase prosaica de los historiados tradicionales: «la historia tiende a repetirse».

En este sentido, cuando se habla de la UDP en Bolivia se habla de un intento de desestabilización a comienzos de la década de los 80s que terminó con la renuncia del expresidente, Hernán Siles Suazo, cuando su ex compañero, Víctor Paz Estenssoro y su aliado, Hugo Banzer Suárez lograron provocar su salida cercándolo en la presidencia desde las calles con apoyo de la COB de Lechín, desde la economía con el empresariado cruceño y desde el parlamento con la alianza MNR-ADN.

Cuarenta años después, en Bolivia, estrategas evistas y el mismo expresidente, Morales, en una acuerdo tácito con sectores del denominado camachismo y el exgobernador de Santa Cruz, Fernando Camacho y del mesismo (hoy prácticamente inexistente), trataron de realizar un cerco/bloqueo al presidente Arce desde el inicio de su gestión por todos los flancos, primero desde el parlamento, boicoteando hasta la aprobación del PGE y leyes de diversa índole, después desde las calles con medidas de presión, primero con el fracasado paro de 36 días en Santa Cruz por el censo, bloqueos esporádicos de caminos por temas menores, huelgas de hambre, marchas, hasta bloqueos del evismo por 16 días y después por 24 días, una marcha desde Caracollo que buscaba la renuncia del presidente Arce y un supuesto intento de magnicidio al expresidente, Morales, etc.

A pesar de todo ello, el presidente Arce salió airoso y no tuvo el destino del expresidente, Hernán Siles, quizás, podríamos especular, si Siles Suazo hubiera actuado con la misma rigurosidad con Banzer, Paz Estenssoro y la COB, como lo hizo Arce con Camacho, Evo Morales y otros, hubiera terminado su mandato, eso es algo que nunca sabremos, pero si sabemos que Arce logró derrotar a sus enemigos, por estrategia o fortuna, o por las dos, como lo decía Maquiavelo: hay fundamentalmente dos formas de llegar al poder por virtud o por fortuna. No obstante, el presidente Arce evitó ser «udepizado» y con ello, logró derrotar políticamente a sus adversarios y demostró que la historia no siempre es cíclica o no siempre va en espiral…quizás simplemente va por un camino nuevo…

Sin embargo, como sucede en este tipo de batallas, «nadie se va sin sangrar», y la factura fue muy alta para el presidente Arce, perdiendo su caudal de votos de un 55% a índices mucho menores de aprobación y dificultando cualquier intento de reelección. Arce derrotó a sus adversarios, pero no capitalizó sus victorias…si existe alguna paradoja del «ganador», el tipo ideal weberiano es el presidente Arce.

El síndrome de los «Tres Chiflados»
Existe un capítulo de los Simpsons que ejemplifica muy bien el síndrome de los «Tres Chiflados», el cual se ilustra como un montón de eventos que se acumulan en un determinado momento (físicos, mentales, etc.) que son tantos que ninguno puede ocurrir realmente, es como una puerta donde todos quieren ingresar al mismo tiempo, y obviamente, ninguno logra hacerlo.
Eso más o menos sucede en Bolivia, hay diversos problemas económicos, sociales y/o políticos que movilizan a diversos sectores de la sociedad, sin embargo, ninguno puede realmente conseguir sus fines, debido a que todos se encuentran «estancados entre sí».

Nuevamente nos preguntamos usando a Maquiavelo: ¿Fortuna o estrategia? Pues, en «El Príncipe» la palabra fortuna aparece 41 veces, la palabra estrategia, estratega u objetivo, no aparece ni una sola vez…y vale más un político con fortuna que uno con estrategia…quizás por eso, Maquiavelo fue tan incisivo en la fortuna…

¿2025?

Faltan escasamente semanas para llegar al Bicentenario de Bolivia, y todo es tan imprevisible como lo fue cuando se fundó este país hace ya 200 años…pero como dicen que decía Lenin, porque no hay registro real de la frase: «Hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas»…quizás estamos entrando a esas semanas.